Como millones de personas, utilizo a diario el subte de Buenos Aires. Las líneas B y C tienen una particularidad que quizás pasa inadvertida para la mayoría de los pasajeros: varias de las formaciones fueron fabricadas en Japón. Es muy fácil reconocerlas. Tienen una configuración muy japonesa en sus asientos: largos y laterales, dejan un gran pasillo central, están tapizados de pana azul o roja (según la línea). Fueron comprados a líneas del metro de Tokio y Nagoya (los de la B provienen de la reconocida línea Marunouchi de Tokio, de la cual la línea B tomó hasta el color rojo como identificación visual, aunque en los últimos años empezaron a ser reemplazados por otras unidades del metro de Madrid).